Lógica.
Escupitajos de cinismo caen desde
las bocas desdentadas, flácidas, con labios vacíos de los anoréxicos
occidentales, escupitajos de cinismo que hierven sobre la nuca de niños
cubiertos de moscas que se desnutren derretidos como un tarro de miel al baño
maría bajo el solo de países manufacturados al vacío por la codiciosa
inventada, por las necesidades creadas del norte, del oeste, del vacío.
El planeta se desmorona como una
Jenga torpe suspendida sobre dos patas de odio y casi todos los poetas se
empeñan en continuar hablando del amor adolescente que estalla bello y doloroso
como la espuma del mar contra las rocas… el ser humano se devora a sí mismo,
masticándose con saña mutua desde los testículos hasta la garganta y casi todos
los poetas se empecinan en narrar historias sobre tardes de verano bajo el
calor del arcoíris sosteniendo entre sus dedos la suave mano de la amada… el “Che”
es un producto impreso en camisetas, chapas, gorras y calcetines tejidas con la
sangre de niños que sueñan con un pedazo de chocolate en el desayuno, con niños
que creen utópico el lujo que nuestros hijos rompen a diario, niños que piensan
que es mentira que existan padres capaces de prohibir seguir comiendo a sus
bastardos por temor a un paro cardiaco sobre las papas del menú y casi todos
los poetas eyaculan mentiras encima del folio acerca de infantes con bucles de
oro correteando ingenuos, divertidos y gráciles por una soleada acera bajo nubes
rosas de algodón de azúcar… el empalago de algunos poetas resulta tan tedioso
como eso vagos huevudos con esa ropa de Guevara alimentados por el sueldo de un
papá abogado jugando a la revolución vía internet, asistiendo religiosamente a
la cafetería de las facultades dos veces al día salvando al mundo en sus ratos
libres entre el café de la mañana y el absenta del viernes por la noche…
algunos poetas estarían emparedados si por fin el mundo reventase de locura y
echara un cubo de pintura blanca sobre las falacias, engaños, embustes
dibujados por periodistas, rabinos, curas, alcaldes, encima de un lienzo roto…
algunos poetas resultan tan vomitivos por sus engañosos empalagos que en un
mundo decente solo triunfarían entre los homosexuales, porque sus libros tan
solo servirían para metérselos enrollados por el culo untados en vaselina…
poetas, pintores, actores, cualquier artista que dejara de ser un gamberro,
cualquiera que se haya vendido al público, a la decencia, al reconocimiento no
es más que una puta tras el burladero protegiéndose de las cornadas de la
conciencia, toreros sodomizados por sus fortunas comerciales amasadas con el
suicidio de la esencia, de la integridad.
Plantaríamos árboles si dieran wifi
gratis: por desgracias solo aportan oxígeno y belleza.
Enseñaríamos historia si tratara del
presente: el tiempo es un continuo compartimentado antinaturalmente, solo
importa la máquina expendedora, el deseo satisfecho en el momento exacto de su
antojo.
Los buenos poetas serían leídos si
pudiéramos escribir sus libros en cadenas de montaje, si entendiésemos su
lectura tan fácilmente como cómics de Mortadelo: la belleza solo tiene hueco en
la productividad de las boutiques de ropa, la dificultad solo es aceptable en
videojuegos de disparos y sangre.
Vivimos en un planeta donde los
bosques habrían sido sobrereforestados si los árboles dieran wifi gratis para
ricos, desorbitado para los hambrientos… hijos de puta, solo dan oxígeno y
melocotones.
Vivimos en un mundo donde les
tapamos los ojos a los críos cuando sale una teta en la pantalla: comemos en
familia con el telediario puesto en la tele del salón viendo soldados
descuartizados, poblados derruidos, esperanzas mutiladas.
Vivimos en un mundo donde se castiga a los
niños por decirle gorda a una obesa, calvo a un alopécico, viejo a un abuelo,
les tiramos fuerte del brazo cuando se acercan a un vagabundo, les llenamos
bolsas con comida no perecedera para la colecta del cole el 21 de Septiembre.
Los botones con capacidad de
destrucción masiva ya no son los de las bombas nucleares, sino los botones que encienden
las televisiones de plasma que proyectan los programas con doce idiotas, como
doce negritos, viviendo en una casa vigilados por cámaras, micrófonos e
ignorancia de amas de casa que necesitan un buen polvo, de adolescentes
pajilleros que necesitan un buen par de libros, un buen par de ostias.
La diplomacia, la hipocresía, la
falsedad asfixian tanto al mundo que pronto se reventará: solo puede salvarse
si los pocos poetas buenos comienzan a decir polla donde la etiqueta exige
pene.
No hay comentarios:
Publicar un comentario