sábado, 23 de octubre de 2010

Y ahí va el primero.

Este lo escribí hace unos meses y como aúna lucha y escritura, decidí publicarlo el primero. Espero que les guste y también espero sus críticas!!!


¿QUÉ ES POESÍA? DICES MIENTRAS CLAVAS EN MI PUPILA...
“¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
En mi pupila tu pupila azul.
¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía eres tú.”
Se ríe. Es la primera reacción que tiene cuando lee el poema impreso en uno de esos sobrecitos de azúcar que pretender culturizar más que edulcorar. Termina el primer café del día, tras leer lo que a él le supone una suma mentira y más cuando acaba de leerlo con el estómago vacío, a las seis de la mañana, un lunes. Recoge la taza, la pone en el fregadero, tira el papelillo sabio y respira profundamente sabiendo lo que le espera. Una minúscula parte de él, una parte que siempre cree haber asesinado, una parte que siempre resucita, una parte que avergüenza su corazón de guerrero, le insinúa que no vale la pena: bastante duro es ya ejercer de reponedor durante ocho horas diarias, ¿para qué castigarse con siete kilómetros antes de fichar?. Ya es suficiente sacrificio ir al gimnasio tres horas semanales, ¿porqué dedicarle veinticuatro? Ya demuestra ser alguien en la vida simplemente siendo él, ¿de qué le vale subirse a una palestra a intercambiar golpes con otro hombre? Pero los boxeadores, la mayoría de los boxeadores o cuanto menos, este boxeador, no entienden de excusas. Este boxeador, sumido en el agobio, sacude la cabeza, como si quisiera arrancarse del cerebro la garrapata chupóctera que de seguir ahí haría que se quedara en el sofá, sumido en la indiferencia, hasta que ya casi fuera tarde para entrar al trabajo...Cuando arroja al intruso-que aun sin quererlo ha inoculado unos cuantos huevos que acabarán eclosionando-se calza las playeras, se amarrara las llaves al cuello, se coloca el protector dental que agitará su respiración y se ciñe el chándal como un caballero su armadura. Nada más empezar a correr comienza la llovizna, pero no un chispeo agradable que haga fresca la mañana: es más bien una lluvia que penetra por dentro de la coraza de algodón, aumentando el peso de la misma, al tiempo que le otorga un frío denso, pegajoso...Piensa en volver atrás-eclosionan los huevos-para coger algún impermeable; mas un paso atrás en el ring, podría suponer la derrota...el Cid no dio lugar a dudas ante el león: jamás retrocedió, sino que de manera totalmente antihumana, totalmente antinatura, se dirigió decidido contra el felino, lo tomó por el lomo y, con el mayor de los respetos, los encerró en su jaula, para vergüenza de sus propios yernos. En el pasillo que va de los vestuarios hacia el cuadrilátero, la mente es racional y prefiere quedarse en blanco, mientras el púgil, acompañado de la música y de los gritos, a modo de arenga, avanza  hacia su oponente, avanza hacia el foco del dolor, avanza hacia el foco del miedo, avanza hacia el foco de la incertidumbre...así que un poco de frío no puede hacerlo retroceder.
Mira el reloj y tan solo han pasado catorce minutos. Frente al soldado una cuesta que parece tener un ángulo recto. Sin dilación, como el que se arranca un esparadrapo sobre una herida aún sin cerrar, se dispone a subirla de un tirón...Antes de llegar a la mitad, ya considera el bajar la marcha-estalla un huevo-para que el corazón no reviente como un grano de pus en la caja del pecho...Pero en su lugar, imprime aún más velocidad y continúa la ascensión no hacia la cima, sino hacia la conquista de su amor propio, como el rey Leonidas a quien los éforos vaticinaron que debería elegir entre su vida o su honor...la dilación es prácticamente inexistente para quien sabe que el orgullo, que el autoestima, son la verdadera existencia, pues más vale caminar una vez con pie de elefante que hacerlo por siempre con pie de gusano. El espartano llega a lo alto: ante él una línea recta; tras él una pendiente, que no verá a la vuelta, para evitar la bajada.
Continua  corriendo, ya en el regreso. Mira el reloj y ya van cuarenta y ocho minutos. De repente, se percata de que el cansancio-paf...otro huevo-le está haciendo agachar la cabeza. Se recrimina por ello y al igual que un shogun en pleno corazón de Cipango, alza la cabeza, no muy arriba: el verdadero samurai, no desciende la barbilla, ya que, sabe que ningún adversario es un dios...cualquier adversario, tiene puntos fuertes de los que defenderse y puntos flacos de los que aprovecharse...tampoco sube el mentón hacia el cielo, pues también sabe, que de todo contrincante se aprende y que de todo contrincante se ha de estar alerta. Por encima, solo el Olimpo que aplasta a los egos embriagados y por debajo solo el Averno que acoge a las carcasas podridas...delante, tan solo el desafío. Uno, nunca puede quitar la vista de la del oponente, porque no verá de donde vienen los golpes...uno, nunca puede levantar la vista hacia los focos, porque cegarán sus ojos...uno, nunca puede descender la vista hacia la lona, porque perderá la noción de su equilibrio...Cualquier guerrero sabe que en el campo de batalla, solo cabe mirar a tu objetivo hasta conseguir la victoria y que solo en los momentos de mayor desesperanza puedes dirigir tus ojos hacia la esquina en busca de apoyo.
Mira el reloj por última vez. Cincuenta y siete minutos. En la recta final, cuando ya vislumbra su calle, se plasma ante sí este mensaje:
“¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
En mi pupila tu pupila azul.
¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía eres tú.”
Se sonríe y corre más aprisa-estalla un último huevo-para llegar cuanto antes a casa. Mientras termina, a la vez que recuerda con alegría que tras salir del trabajo, solo le faltarán tres horas hasta calzarse las botas y los guantes, para retornar a su particular agogé, piensa que el poeta erró: poesía, es que te partan el labio y notar como el sabor de la sangre se mezcla con la baba acumulada del bucal, pero sigues boxeando...poesía, es que tu familia te tome por obseso y casi todos tus amigos por loco, porque ellos ríen y descansan, mientras tu sangras y sudas...poesía, es impregnarte de un sudor aceitoso y negruzco, cuando abrazas al hombre con quien te has golpeado...poesía, es dolor, es sacrificio, es desconsuelo, es incomprensión, honor, sangre, triunfo, sudor, peste...pero nunca ha sido ni será en mi pupila tu pupila azul.

2 comentarios:

  1. Sinceramente, me he quedado sin palabras!! Me has sorprendido mucho y muy gratamente; de verdad, enhorabuena por ese don que tienes y que generosamente compartes con el resto de los mortales. Me quito el sombrero!!
    (No sé si te acordarás de mi, pero nos conocimos en el primer curso de Filologia y empecé a leer tu blog por curiosidad y pq me gusta leer todo lo q cae en mis manos y, la verdad, te felicito!!)
    Kris

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  2. muchisimas gracias: tus palabras me resultan un gran apoyo;-). en cuanto a lo de acordarme de ti si y no: como hice dos cursos de inglesa y ahora estoy en hispanica y en ambas filologias teniamos a una cris, pues no se cual de las dos (tres en realidad) eres tu jejeje...de todas formas siempre sera un halago verte por aki.
    p.d.: ahora mismo voy a echarle un ojo a tu blog y a añadir el enlace en el mio. un abrazo y de nuevo gracias por los animos!!!

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