martes, 30 de abril de 2013

Artículo (30/4/2013)

Vivimos una situación que ha pasado de la crisis al pánico y todos la permitimos... porque hayá donde el temorrige el pecado no es padecer miedo, sino rendirse a él... hacer el mal es un acto ruín, pero sincero: la maldad supina es en cambio la pasividad, saber como derrotar a los demonios, al enemigo, pero conformarse con el "status quo", con ver el fútbol cuatro veces por semana y aprovechar la ...precariedad económica para tomar birra a bajo precio...

El gran Houdini era capaz de convertir en invisible a un elefante simplemente desviando la atención del público: nuestra situación es ese animal, nosotros el -acomodado- público y el gobierno el mago. "Gran Hermano", "Sálvame", series de garrfón, noticias preconocinadas... todo desvíos de atención, cortinas de humo y migas de pan en dirección opuesta a las soluciones, peligros más poderosos que una pistola, porque las balas matan, pero dejan tras de sí la leyenda y memoria del muerto, mientras que con el control mediático, televisivo, se anulan las mentes convirtiéndonos en zombis, en desalmados, en rocas sin pasión cuya única inquietud en nuestro tiempo actual es poco más que llegar vivos a mañana: hemos reducido nuestras metas a conseguir un curro de 600 euros, lo justo para comer, tener un techo -a menudo sobrepoblado- y follar calientes... Conseguir un estado personal que nos rebaja a neocavernícolas encerrados en el salón de casa frente a la caja del pánico, sometidos por telediarios estatales que nos invaden de terror, bombbardeándonos con noticias acerca de más paro, más emigración y más precariedad, intentando que creamos que no exite solución salvo inyectarnos nuestra dosis de tele, bar y desesperanza, llamándonos a la simple resignación... pero todo es mentira, una gran mentira, ya que, la solución se encuentra en cada uno de los ciudadanos, no tanto como individuos, sino como colectivo, como verdadera sociedad ante robos como el habernos privado de la universidad por causa de sus abusivos precios, haciéndola un privilegio de ricos... prohibiendo abierta y descaradamente el derecho a aglomeraciones y manifestaciones públicas, a la desobediencia civil -cargas policiales, censura...- y acentúan cada día más las diferencias de clase etiquetando con las odiosas palabras como "perro-flauta", "facha", etc, etc... Educación para ricos, no permitir las multitudes, "dos Españas"... todo ello recuerda al '36, al baño de sangre entre hermanos y a una sombra que se alargó durante cuatro décadas de represión, pan y circo... peligrosísimos recuerdos que revivimos actualmente.

Más que nunca los habitantes de este país deben formar conciencia de grupo, de hermandad, puesto que el estado pretende desunirnos, ya que, es más fácil someter a perros sueltos que a una jauría... y sus armas son inculcar la la ignorancia, el miedo y la conformidadd entre nosotros, llevando a muchos ciudadanos a la pobreza, la emigración forzada e incluso al suicidio -ha aumentado en paralelo al desempleo-... Un gobierno que empuja a sus habitantes al miedo, el exilio y la muerte, deja automáticamente de ser un gobierno para convertirse en un grupo terrorista, ante el cual absolutamente todos tenemos no el derecho, sino el compromiso personal, ético y moral, especialmente quienes somos artistas, de acabar, pacíficamente, con estos terroristas gubernamentales... no es la hora de que músicos, cómicos, escritores o personas no artistas ayudemos a la evasión, sino a la crítica, a la sublevación frente a leyes abusivas, pues cuando la ley se convierte en delito, el cirminal se torna héroe y cada ciudadano, especialmente el artista, ha de convertirse en un heróico criminal sin máscara ni cuchillo, solo con la cultura y el rostro al descubierto, para convertirnos en líderes sin seguidores, sino en líderes creadores de más líderes, dispuestos a la inconformidad, al pensamiento y, sobre todo, a la combatividad hasta sus últimas concecuencias.

Somos más y tenemos mejores armas que el ejército, la policía o la ley: tenemos libros, tenemos la unión familiar, vecinal, social... tenemos el inmenso poder de no confiar en sus "verdades" y descubrir las nuestras propias... tenemos las armas adecuadas y de sobra para vencer, pero siempre que recordemos que no somos perros sueltos, sino jauría... siempre que recordemos que "separados fuertes, juntos invencibles". Venceremos.

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